Algo que no se puede ver, que difícilmente se puede entender, y si lo ves, no puedes explicar. Así es el hipercono de sucesos, y así son los sentimientos.
Puede que un día no seas capaz de ver la realidad, porque estás ofuscado en un sentimiento. Quizás, la mañana siguiente te levantes ofuscado por otro diferente y este sea ahora tu mayor preocupación.
Los sucesos cambian, y están repartidos a lo largo de una línea del tiempo sin un lugar fijo. Nosotros somos los encargados de organizarlo de la manera más conveniente. No siempre se acierta, pues es más fácil fallar, pero cuando se acierta no hay nada como esa sensación. Te sientes completo, lleno. Pero sólo es temporal pues todo hay que decirlo; no siempre dependen de nosotros solos. Dependen de un conjunto (entorno) que puede que ayude o que empeore.
Un entorno adecuado en un momento adecuado puede suponer la visión de este hipercono desde el punto exacto donde se aprecia todo y cuanto este significa. Ese (o esos) puntos, se llaman amigos.

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